La escasez de talento como límite al
crecimiento
El principio de Arquímedes en la organización
Por Harald Solaas
"... la
existencia demuestra que a pesar del infinito cuidado en la elección
de nuestros sucesores, los Césares mediocres serán siempre los más
numerosos, y que por lo menos una vez por siglo un insensato llega al
poder".
Emperador Adriano
La escasez de potencial para el liderazgo en roles de conducción no
parece ser una preocupación nueva para la humanidad. Marguerite
Yourcenar (“Memorias de Adriano”) pone en boca del emperador esta
frase que refleja su preocupación por los destinos del Imperio Romano.
El principio de Arquímedes en la organización
Elliott Jaques ha formulado lo que denomina el Principio de Arquímedes
de la organización:
“Como todos sabemos, Arquímedes formuló el principio físico según el
cual todo volumen de un líquido busca restaurar siempre su propio
nivel. He aquí la adaptación de este principio a las organizaciones:
“Toda organización busca alcanzar el nivel de capacidad de trabajo
de sus directores ejecutivos
“Otra manera de enunciar este principio es que la capacidad de
trabajo efectiva del más alto directivo de una corporación es, de
lejos, el factor preponderante que determina el crecimiento,
contracción o estabilidad de la organización –al contrario de lo que
se cree comúnmente, según lo cual son las condiciones económicas o las
del mercado las que determinan estos efectos-.”
Si en una organización asume la dirección un CEO cuya capacidad
personal está un estrato por encima de del puesto de ejecutivo
principal actual, la hará crecer un estrato.
A la inversa, si la capacidad personal del nuevo CEO está un estrato
por debajo del puesto más alto de la organización actual, la hará
reducirse en un estrato “La organización requerida”, pág. 350
Un interesante artículo del investigador australiano F. K. Wright
analiza con rigor el carácter de limitación absoluta que tiene el
nivel de trabajo del ejecutivo principal, apoyándose en la
estratificación del trabajo humano definida por Jaques.
Este artículo, que tiene el sugerente título de "La evaluación de
proyectos y el límite gerencial", analiza distintos criterios
financieros tradicionales para decidir sobre proyectos de inversión,
tales como la tasa de retorno esperada, el valor de flujos de fondos
esperados descontados a una tasa igual al costo del capital y el costo
de oportunidad de los fondos. Sostiene que estos criterios dan por
supuesto que el crecimiento depende de los fondos disponibles o de las
oportunidades del mercado.
La investigación revela, sin embargo, que para una cantidad grande de
firmas el límite al crecimiento no está dado por estos factores, sino
por el ritmo al que puede crecer el equipo gerencial (Ejecutivo
principal y gerentes inmediatos.)
Cuando una organización crece, el puesto de ejecutivo principal suele
aumentar su complejidad de hecho, y por lo tanto pasa a requerir un
ocupante con potencial individual más alto. Es decir: la organización
debe incorporar un nivel de trabajo (y por ende un potencial
individual) que antes no tenía.
Por otra parte, la abundancia de talento en los niveles gerenciales
más bajos es un valor inapreciable para el futuro, pero no compensa su
falta en la cima.
En síntesis: la disponibilidad de talento en el rol de ejecutivo
principal es el factor crítico para la expansión.
Gerenciando en tiempos difíciles
Cuando una organización pasa por un momento adverso, el camino de la
reducción de costos y el achicamiento no es necesariamente una
imposición de las circunstancias.
Si en una firma que pasa por estos aprietos el potencial del ejecutivo
principal está exigido al máximo por la conducción normal del negocio
(lo cual, por supuesto, es la situación típica), podrá gerenciar con
solvencia la contracción, pero no la superación mediante el
aprovechamiento de nuevas oportunidades (que exige mayor capacidad.)
Si, por el contrario, su talento estuviera a la altura de este último
desafío, la firma podría tener un destino más feliz aun en medio de la
adversidad. Son conocidos varios casos ilustrativos en los que la
incorporación de un ejecutivo principal con el potencial requerido ha
convertido una situación sumamente adversa en un éxito notable.
El “tirón hacia arriba”
Por azar o por designio, ocurre a veces que llega al puesto de
ejecutivo principal una persona cuyo potencial personal es
cualitativamente superior al de su predecesor. El Principio de
Arquímedes (arriba) indica que esta es la condición más determinante
para el crecimiento de la organización, lo cual es auspicioso.
Sin embargo, esto plantea a la vez un problema: suele escasear la
gente con el potencial necesario en la segunda línea de mando. Este
fenómeno se denomina “arrancar la cúspide” de la organización (La
organización requerida”, pág. 350).
La solución es el crecimiento ordenado, que significa emprender la
ardua tarea de cubrir el segundo nivel gerencial desde la cúspide.
En las empresas pequeñas este es un proceso costoso, que suele generar
renuencia. Sin embargo, la falta de solución al mismo lleva a la
situación de un ejecutivo principal sobrecargado de trabajo e
íntimamente frustrado por tener que ocuparse de “minucias”, y a una
línea de subordinados directos faltos del gerenciamiento necesario.
Tanto la eficacia como el “clima” interno se resienten.
Requerimientos de potencial individual por nivel de trabajo
Para que una organización sea eficaz, es indispensable lograr la
correspondencia entre la complejidad de los puestos y el potencial de
la gente en todos los niveles. Sin embargo, las dificultades que
plantea este desafío aumentan fuertemente con el nivel de complejidad.
Encontramos útil hacer referencia a la estratificación natural del
trabajo humano descubierta por E. Jaques, que presentamos
esquemáticamente.
Estrato y Puesto o tipo de trabajo
característico:
VIII: Presidente corporativo de mega organización internacional
VII: Presidente corporativo
VI: Vicepresidente corporativo
V: Presidente de unidades de negocios, presidente de empresas
medianas.
IV: Gerentes generales de unidades especializadas en grandes
empresas, presidentes de PYMES.
III: Primer nivel gerencial pleno. Gerente funcional,
especialista senior.
II: Supervisor industrial, técnico, maestro, instructor,
analista de sistemas. En general, profesional universitario en la
primera etapa de su carrera.
I: Nivel de entrada al trabajo adulto en la sociedad. Operario,
administrativo, conductor de vehículos, guardia, vendedor minorista,
etc.
Dificultades para la cobertura de puestos por estrato:
Estrato I:
En general las organizaciones no encuentran dificultades
significativas para obtener y formar la capacidad de trabajo necesaria
en este nivel.
Estrato II:
Tampoco presenta dificultades de peso, si bien requiere decisiones
cuidadosas de promoción interna o de reclutamiento externo y una etapa
de formación.
Estrato III:
Según nuestra experiencia, la cobertura de puestos en este nivel no es
un problema serio para las organizaciones grandes, sobre todo si
tienen políticas de reclutamiento y de desarrollo orientadas al
futuro. Sin embargo, la situación es muy distinta en las empresas
pequeñas. No es raro en estos casos que el único talento por encima
del estrato II sea el del fundador, que típicamente funciona en
estrato IV o más alto. Por lo general, no hay personas con potencial
de estrato III entre la dotación existente, ya que hasta el momento no
han sido indispensables, ni se justificaba tampoco la mayor
remuneración que se requiere para empleados de este nivel. Por otra
parte, los individuos de estrato III son mucho más escasos entre la
población activa que los de estrato I y II con los que se ha manejado
la empresa hasta ahora. El siguiente gráfico muestra una estimación de
cantidad de individuos por estratos de trabajo.
Muy frecuentemente, los fundadores de empresas pequeñas recurren a
referencias y a contactos personales para reclutar a los empleados que
necesitan. Existe un gráfico que muestra por qué este método puede ser
razonablemente satisfactorio para los estratos I y II (que comprenden
entre ambos el 80% de la población laboral activa), pero que sólo con
una gran dosis de suerte puede tener éxito para obtener colaboradores
de estrato III (que sólo alcanzan al 4%) .
La práctica indica que para obtener a un candidato calificado con
potencial de estrato III hay que examinar entre 80 y 100 postulaciones
para el puesto que se desea cubrir.
El pequeño empresario suele tener algunos empleados leales y
conocedores del trabajo, que gozan de su confianza. Siente entonces la
tentación de soslayar el hecho que su potencial no alcanza al estrato
III, y a promoverlos a las nuevas posiciones gerenciales.
Desgraciadamente, esto pone un efectivo freno tanto al crecimiento
como a la eficacia de las operaciones. Además, termina por generar
ansiedad y frustración entre los mismos “beneficiados”.
Estratos IV y superiores:
En esta zona la disponibilidad de talento se
hace crítica. La cantidad de personas en estos niveles es más escasa
entre la población total, y el tiempo de desarrollo personal para
desempeñar satisfactoriamente los puestos se extiende a muchos años.
Naturalmente, hay una fuerte agudización progresiva de los problemas a
medida que se sube un estrato. Para una organización solvente y bien
administrada, cubrir sus puestos de estrato IV es un logro posible si
se actúa con la anticipación necesaria. Cubrir adecuadamente un puesto
de estrato VII, por el contrario, es sumamente difícil, y las
consecuencias de no lograrlo son drásticas para el futuro de las
organizaciones. Los ejemplos de este tipo abundan. Estamos aquí cerca
de las preocupaciones del emperador Adriano en la cita de apertura.
¿Qué hacer para cubrir los puestos en a
empresa?
La respuesta al problema de la adecuada cobertura de todos los
puestos, y en especial los de estrato III/IV y superiores, tiene las
siguientes etapas principales:
1. Reconocer y definir los niveles de trabajo de la organización.
Esto significa analizar la estructura de puestos tal como existe en la
actualidad, y ordenarla según estratos de trabajo. Este análisis
permite entender el problema y actuar para resolverlo.
2. Evaluar el talento interno disponible.
El paso anterior brinda las referencias necesarias para esta
evaluación. Los gerentes evalúan el potencial individual de sus
subordinados directos e indirectos sobre la base de los estratos de
trabajo tal como se manifiestan en esa organización en particular.
3. Planificar la dotación.
La información obtenida en el paso anterior, junto con el conocimiento
acumulado sobre los conocimientos, experiencia y habilidades, así como
sus preferencias vocacionales y otros factores, permiten tomar
decisiones fundamentadas en cuanto a:
• Promociones.
• Elaboración de planes de desarrollo individual.
• Planes de carreras.
4. Establecer previsiones de reclutamiento externo
El análisis del punto anterior puede revelar que no existe en la
organización todo el talento necesario para su estructura actual, o
bien para la futura. Esto permite establecer planes y previsiones para
la incorporación del talento requerido del mercado externo.
Harald
Solaas fue uno de los principales consultores en RRHH de América latina. Gracias!
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