Cómo mejorar la efectividad en la venta de servicios de
seguridad
Para
mejorar la efectividad en la venta de servicios, se requiere brindar
al cliente mejores ecuaciones de
valor y mayor satisfacción
Por Edgardo Frigo
La eficiencia y la efectividad de nuestras ventas se relacionan con la
clásica ecuación de ventas:
Ventas = Exposición x Tasa de éxitos
Exposición es el número de oportunidades de contacto de calidad con
nuestros clientes potenciales.
Tasa de aciertos es nuestro índice de
ventas en esos contactos.
A medida que aumenta nuestra EFICIENCIA, aumenta
nuestra exposición (número de oportunidades de contacto con clientes
potenciales). A medida que aumenta nuestra EFECTIVIDAD, aumenta nuestra tasa
de éxitos. El resultado es un efecto multiplicador entre ambas, una sinergia
que aumenta significativamente las ventas.
Cuanto más conocidos somos, cuanto mejor es nuestro posicionamiento, cuanto
más valiosa es nuestra diferenciación y cuanto más claramente hemos enfocado
el segmento que nos interesa, más aumentamos las posibilidades de que
demanden nuestros servicios.
Compra, satisfacción y valor
Nuestro activo profesional más valioso es lo que el mercado y nuestros
clientes piensan de nosotros, el posicionamiento logrado en la mente de los
potenciales clientes. Como dijeran Ries y Trout, "las luchas competitivas
transcurren en la mente: un campo complejo y engañoso, de 15 centímetros de
ancho". El servicio que vendemos tiene valor si el cliente piensa que lo
tiene. De otro modo, no vale nada.
La venta
¿Qué es una venta? Es un intercambio de valor por medio del cual
proporcionamos algo de valor para alguien, usualmente un bien o servicio. A
cambio recibimos algo de valor para nosotros, usualmente dinero. Una venta
también es un proceso, en el que el profesional de ventas indaga y activa
necesidades y deseos del cliente, y luego los satisface con ventajas para
ambas partes.
Aumentamos la eficacia en ventas cuando aprendemos a detectar y satisfacer
necesidades junto con nuestro cliente, y construimos con él relaciones
duraderas, no sólo basadas en el valor de una transacción puntual sino en el
valor del vínculo a largo plazo entre ambas partes.
La percepción del valor
Las personas aceptan o no intercambios de acuerdo con el valor que perciben
en ellos. Cada cliente -persona o empresa- percibe la oferta de un mismo
servicio de un modo que le es propio, personal y específico. y cada uno
valora a su modo las características y ventajas que presenta cada oferta. En
muchas ocasiones, las ofertas de servicios profesionales son prácticamente
iguales entre sí. Si el cliente no percibe diferencias entre ellas, comprará
sólo por precio.
De la oferta global que presentamos cada cliente valora ciertos servicios,
atributos y beneficios y no se interesa por otros, que para otra persona o
empresa pueden ser esenciales. Lo que es necesario y urgente para alguien
puede ser completamente prescindible para otro, o para la misma persona en
otra ocasión. La venta de servicios tiene que ver con establecer
relaciones personales (NO "personalizadas") de calidad.
Personalizar la venta
No vendemos a mercados, segmentos o nichos. Las ventas se realizan una a
una, llegando a acuerdos con individuos con necesidades específicas y que
perciben a nuestra oferta de un modo único. Esto requiere personalizar cada
presentación de ventas para ESE cliente y sus necesidades únicas.
La venta se personaliza:
1. Dedicando (cada vez más) tiempo a conocer a fondo las necesidades y
deseos de cada cliente.
2. Definiendo claramente el servicio que proveemos, conociéndolo a fondo,
enriqueciendo continuamente la oferta y añadiendo matices y ventajas que
respondan a los diferentes deseos, necesidades y prioridades de cada
potencial Cliente.
3. Comprendiendo los criterios de compra que aplicará el cliente en esa
situación comercial específica. Un mismo cliente, al comprar dos servicios
diferentes puede emplear criterios muy distintos, por ejemplo basándose en
la calidad en un caso y el precio en un caso distinto.
Criterios de compra
Antes que iniciar la negociación, entonces, hay que identificar las
necesidades, motivaciones y criterios de compra del potencial cliente
específico entrevistado. Hay casos en los que creemos que "ya conocemos" las
necesidades del cliente. Por ejemplo quienes venden sobre la base de
contratos anuales, al momento de renovar el contrato (lo que significa
realizar una nueva venta), confían en conocer a fondo las necesidades de ese
cliente. Pero a veces surgen novedades desagradables, porque:
-- El cliente no estaba tan conforme con el servicio como el proveedor
creía.
-- Las necesidades del cliente fueron cambiando, y el proveedor no se dio
cuenta del cambio.
Nunca está de más volver a revisar junto con el cliente su demanda en esa
situación específica antes de diseñar una nueva oferta, aunque sigamos
vendiendo básicamente lo mismo. Esto nos permitirá realizar con más
efectividad el tratamiento comercial, personalizando la oferta.
Se debe comprender los criterios de compra de ese cliente particular en esa
situación específica.
Aunque ya conozcamos al cliente sus necesidades, criterios y prioridades
pueden haber cambiado.
Compra y satisfacción
Entre "lo que vendemos" y la necesidad que satisface ese servicio puede
haber una gran diferencia.
Por ejemplo: en un restaurante de moda se venden comida y bebida. Pero en
realidad los clientes compran el "estar allí", vivir un ambiente, ver y ser
vistos y la ocasión de encontrarse con cierta gente. Como las personas son
diferentes, cada cliente irá al mismo restaurante por sus motivos
particulares: hacer negocios con cierta gente, satisfacer su snobismo, ver a
una persona que se mueve en ese ambiente... la comida es la excusa para
permanecer allí. Los clientes no están comprando sólo el producto físico,
que es la comida. Compran comida mas "otras cosas", que hacen que esa comida
sea más valiosa para ellos. Y están dispuestos a pagar más por ella.
Los criterios de compra pueden ser muchos y bastante complejos. Con
frecuencia, ni siquiera el propio cliente los comprende todos.Pero si en la
vereda de enfrente se instala otro restaurante sin los atributos que buscan
estas personas, tendrá poco éxito porque no satisface sus criterios de
compra. Tendrá menos clientes o deberá vender más barato que el primero. Y
aún cuando ofrezca lo mismo, su rival ya está instalado y "pegó primero".
Pegó dos veces.
El Cliente, entonces, no paga por lo que nosotros vendemos. Paga por la
satisfacción que obtiene de los servicios que vendemos.
Cualidades, beneficios y prioridades
Cada cliente compra cuando percibe que las ventajas del servicio provisto
por el vendedor tienen valor e importancia para él.
-- Cualidad es cualquier característica del servicio.
-- Beneficio es una consecuencia positiva que deriva de una cualidad.
-- Prioridad es todo beneficio por el cual el cliente está particularmente
interesado, y por el que está dispuesto a pagar.
En líneas generales todo beneficio que podamos ofrecer debería ser de
interés para cualquier cliente. Por ejemplo si vendemos más barato, esto
idealmente debería ser interesante para cualquier comprador. Todo el mundo
busca gastar menos.
Pero el cliente puede no percibir todas las ventajas de la oferta, o éstas
no pueden no coincidir con sus necesidades particulares para esa compra.
Algunos clientes no buscan el servicio más barato; aquí el precio no decide
la operación por sí mismo, aunque siempre es una parte importante en la
ecuación de compra.
La tarea de todo profesional de ventas es:
-- Asociar necesidades, deseos, motivos y ventajas,
-- Vender prioridades y beneficios
-- Satisfacer criterios de compra.
Entonces hay que averiguar, preguntar, escuchar y comprender la escala de
prioridades de ese Cliente ajustando a ella su oferta de servicios.
Se debe comprender qué cualidades busca el cliente en ESTA transacción, qué
espera obtener de ella y sobre la base de qué prioridades tomará la decisión
de compra.
Los vendedores preferidos
Todos preferimos comprar servicios a profesionales de
la venta. Un profesional de la venta:
1. Conoce los procesos profesionales de venta, y los emplea
sistemáticamente.
2. Conoce profundamente el servicio que vende.
3. Se preocupa por lograr que la compra sea un buen negocio para el cliente.
Esto depende de los conocimientos y de la experiencia del
profesional de ventas, y mejoran sustancialmente con entrenamiento
específico.
Finalmente, los profesionales entrenados son más efectivos.
Enriquecen la prestación del servicio, porque el cliente basa sus decisiones
de compra en beneficios percibidos y las formas de agregar valor percibido
son infinitas.
Esto mejora la efectividad, y brinda al cliente mejores ecuaciones de
valor y mayor satisfacción... lo que se traduce en más ventas, y mejores
márgenes de ganancia.
El
autor, Prof. Edgardo Frigo, consultor especialista en gerencia de
Seguridad,
preside
el Foro Latinoamericano de Seguridad.
Vea
sus antecedentes en www.forodeseguridad.com/frigo.htm